Al final empecé con los trekkings de más de un día en el 2011, y para comenzar hice algo tranquilo de dos jornadas, el conocido como "Laguna del Caminante" o "Paso de la oveja". Estoy ya hace varios días haciendo base en Ushuaia, pero me explayaré sobre este destino en otro post. Para esta caminata rompí un par de reglas que acostumbro a seguir, y la cosa no se dio como esperaba. Resulta que cuando llegué al hostel me invitaron a cenar dos chicos que me vieron con el mapa y leyendo la información que tenía, por lo que decidimos ir juntos. Ahora mientras cenábamos se fue sumando gente al grupo que fue creciendo hasta llegar a 7, por mi parte inicialmente sin problemas, pero se veía que 3 de los nuevos integrantes no tenían mucha pinta de caminar. Entonces por no dejarlos plantados y recular, terminé siguiendo y rompí algunas reglas o premisas, que reconozco por manía o ser demasiado pesado de mi parte, manejo como básicas: suelo ir por mi cuenta o en grupos chicos, salir temprano para tener más horas de luz en caso de perderme o calcular mal (por la improvisación de la mañana terminamos saliendo al mediodía), y acostumbro a llevar un par de latas de más por las dudas de perderme o tardar más de lo previsto (y por no gastar compraron la comida justa).
Al final tardamos alrededor de 7 horas en hacer los 10,5kms (por suerte en Tierra del Fuego en Enero oscurece alrededor de las 22hs), el sendero está bastante bien señalizado y se complica un poco con el correr de los kilómetros pero creo que no llega a pasar de dificultad intermedia. El último tramo en cuesta arriba y se llega a una bifurcación donde se pude seguir por el paso de la oveja o ir a laguna del caminante. Fuimos a este último destino (son 20 minutos más) acampamos ahí cerca de las 7.30 de la noche, cenamos algo, charlamos un par de horas y a dormir. La verdad es que la última parte ofrece unas vistas muy buenas, caminando por un terreno inclinado en altura, entre pastos largos y con la laguna debajo. Tenía en mente, si llegábamos temprano, seguir camino hasta la Laguna Superior, pero entre que arribamos tarde y las condiciones del grupo para caminar, tuve que quitarme la idea de la cabeza. Al otro día se repitió lo que no quería que suceda, se levantaron tarde, dimos vueltas y recién comenzamos a caminar alrededor de las 12. Así que cruzamos el paso de la oveja al mediodía, una pena porque dicen que temprano se pueden llegar a ver cóndores. Igualmente ofrece unas vistas muy buenas, desde un punto tan elevado se puede apreciar toda la entrada al comienzo del cañadón, con la mezcla de colores entre verde, blanco de la nieve y negro de la roca. Se supone que el camino del segundo día es también de entre 10,5 y 11kms, pero veníamos haciendo paradas cada 20 minutos o media hora, y la verdad es que además de desesperarme por el tiempo, uno se enfriaba al quedarse quieto y por el viento, así que comenzó a hacerse interminable. Para colmo una vez en el cañadón comienza el bosque y hay que optar por dos caminos, uno por altura bordeando el bosque (que es el más seguido y recomendado) u otro costeando el río (sin cruzarlo nunca). Lo que nos sucedió es que parte del grupo no podría subir o caminar por la pizarra / laja, así que luego de hablarlo en otra de nuestras paradas, no quedó otra opción que ir por abajo. Lo cómico fue que a los pocos minutos nos quedamos sin senda, y nunca la reencontramos, por lo que calculo que habremos hecho unos 7 u 8 kms por bosque puro de lengas y líquenes, que de vez en cuando se cortaban por uno metros para dar lugar a turba. Salvo por las infinitas paradas que hicimos, el lugar para caminarlo me pareció muy bueno y particular, en los tramos dentro del bosque casi no daba directamente la luz del sol, con todo el suelo húmedo lleno de barro, troncos de los árboles caídos en descomposición (y que a veces había que trepar para pasar), líquenes y otras especies menores. Fuimos avanzando muy lentamente y después de varias discusiones, normales en la situación en la estábamos, se decidió (a mi no me parecía correcto), cruzar el curso de agua. Por suerte hicimos esta operación unas cuatro veces, quedando finalmente del lado correcto. Con el pasar de las horas se consumió toda la comida, menos un paquete de galletitas que llevaba yo, entonces ya me puse de mal humor porque iba a oscurecer y a partir de las 7 de la noche les dije que salvo agotamiento real no se paraba más y se guardaban las galletitas por si había que hacer noche. Finalmente recién alrededor de las 21 chocamos con un alambrado, comenzamos a seguirlo algunos mientras el resto del grupo descansaba y bastantes metros más arriba encontramos una tranquera con un sendero que bajaba del cerro y del lado de adentro un camino. Así que la cruzamos, hicimos el camino y salimos tipo 10 de la noche, como debíamos, cerca del autódromo antiguo. Desde ahí preguntamos, seguimos caminando hasta un cruce de calles, colectivo y volvimos al hostel tipo 22.30 de la noche. Volviendo a la caminata del segundo día, aunque no encontramos el sendero, el cañadón va entre dos cadenas de montañas y a partir de la mitad ya se ve el canal de Beagle, así que es más que difícil perderse, el problema era avanzar por la poca velocidad que tenía el grupo y las excesivas paradas. El otro temor era no pasar la noche en pleno bosque, ya que recomiendan no acampar entre árboles, porque pueden caer en caso de viento. Me olvidaba del hablar del tiempo, el clima durante toda la travesía creo que es el común por estos lugares en Enero, cambia constantemente, algo de sol y sobre todo nublado, con algunos momentos de viento, y otros de pequeñas lluvias de 10 minutos, pero fresco. Creo que durante el día debía hacer entre 15 y 5 grados y a la noche de 5 para abajo. Pero resumiendo, bien hecha la ruta es recomendable para los dos días, los paisajes y el entorno se disfrutan demasiado. La experiencia fue buena, y como decía, cometí al menos de mi parte bastantes errores al ceder en cosas que considero básicas para salir a la montaña (reconozco que quizás por ser muy manioso o complicado), pero lo bueno es seguir aprendiendo, disfrutando de la naturaleza y no repetir estos fallos. |
lunes, 31 de enero de 2011
Paso de la Oveja
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sábado, 29 de enero de 2011
Comenzando con Tierra del Fuego
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Orillas del Lago Fagnano - Tolhuin |
Ya en la ciudad, la más poblada, industrial de la isla y el mejor lugar para utilizar de base para la pesca de trucha, me encontré con unos amigos que están disfrutando de sus vacaciones por estos lares, así que comenzamos a charlar, ponernos al día y mientras disfrutábamos de unos días juntos y recorrimos algunos sitios.
Con ellos estuvimos haciendo base en Río Grande y Tolhuin, el clima no acompañó y por una semana casi no hubo sol, bastante lluvia y mucho viento. Así que como ellos tienen dos chicos pequeños nos limitó bastante las salidas. Y encima, se les quedó el coche empantanado en el campo, en la quinta de un conocido, por lo que durante mi estadía en estos dos lugares casi no contábamos con movilidad.
Como decía antes por falta de movilidad y el clima no hicimos demasiadas actividades, pero vino bien para charlar, ponernos al día de nuestra cosas y en mi caso recuperarme del viaje en camión. Así que esto fue lo que hicimos con base en Río Grande y Tolhuin:
- Río Grande: Llegué a la cuidad y me encontré con mis amigos, ellos estaban parando en un Hotel frente a la plaza principal desde hacía unos días, entonces yo me busqué un hostal y fui al que está en el edificio del primer alojamiento de la ciudad (Actual Hostel Argentino). Ellos ya habían visitado varios lugares turísticos, así que dimos unas vueltas por el centro y fuimos al Museo de la ciudad (entrada gratuita). La verdad es que está muy bien, ya que es muy completo, y hay muestras de toda la historia de la Isla, desde las poblaciones originarias (Onas y Yamanas) hasta la actualidad, incluyendo una parte del conflicto de Malvinas, de la cual me llamó la atención que ahí se encuentra el pabellón británico arriado por las fuerzas de infantería de marina, en Puerto Argentino, el 2 de Abril de 1982, cuando las islas fueron recuperadas por unos días. Igualmente me quedaron sin visitar, entre otras cosas, la misión salesiana y el antiguo frigorífico, pero mis amigos ya tenían una cabaña reservada a orillas del Lago Fagnano y hacia allí fuimos.
- Tolhuin: Llegamos después de una hora de viaje en minibus del Río Grande (ARS 60), la verdad es que la población es muy pequeña pero pintoresca. Tiene algunos negocios, restaurantes y supermercados, pero es como si toda la actividad de la población pasara por la Panadería "La Unión". La verdad es que esta panadería está más que bien, venden de todo, desde pan y facturas, hasta chocolates, comida, café, pasajes, lotería, etc. Además es la parada medio obligada a mitad de camino entre Ushuaia y Río Grande, así que se va llenando de gente por tandas. El local está decorado por fotos de famosos con su dueño, que se acostumbra pasear por las instalaciones y además al ser aficionado al ciclismo, suele invitar a otros ciclistas que pasan por el lugar con comida y en algunos casos alojamiento, según nos comentaron. Como decía con anterioridad, entre lluvias y vientos el clima no acompaño mucho, y sumado a la falta de movilidad y que la cabaña a orillas del Fagnano que alquilaron mis amigos era espectacular, estuvimos dos días de caminatas cercanas al lago cuando se podía, compras en el centro, visitas a la panadería y eso si, aprovechamos para hacer y degustar un buen matambre a la pizza y pollo al disco. Ya el tercer día no llovió, así que como secó el terreno, a la mañana siguiente fuimos a recuperar el coche. Había quedado en una bajada no ripiada, al desaparecer el barro salió fácilmente, entonces nos fuimos a recorrer un poco los alrededores. Elegimos, (bueno en realidad lo hizo Diego, el especialista en la Tierra del Fuego) el circuito de Laguna Blanca y cerro Jeujepen. Creo que para poder realizar este recorrido se necesita transporte, pero está bien para al menos medio día, transitar entre estos bosques interminables tan característicos de la isla, por las vistas que ofrece el Jejeupen y por el entorno a orillas de la Laguna Blanca, espejo de agua en un lugar tranquilo y rodeado de bosques, un buen sitio para disfrutar unas horas, o acampar y pasar la noche.
Ya desde Tolhuin me separé de mis amigos que se iban para El Calafate, nos volveríamos a juntar una semana después. Así que yo me fui en minibus para Ushuaia, a hacer base para seguir recorriendo la zona por unos cuantos días.
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jueves, 27 de enero de 2011
En camión a Tierra del Fuego
Comienzo esta tercera etapa de mi viaje que es por la Patagonia, y para llegar a los territorios mas australes del continente elegí un medio de transporte no tan convencional. El padre de un amigo trabaja en una empresa de transportes y me ofreció ir de acompañante del chófer, en uno de los camiones que tenía que venir hasta la isla grande a entregar mercadería. Así que acepté para ver que tal era la experiencia y de paso porque negarlo, me ahorraba el pasaje. Justo cuando íbamos a salir surgió un problema con la población de Tierra del Fuego del lado Chileno, les quisieron aumentar el gas un 17% (que es fundamental para la gente que habita por estas zonas del mundo), y hubo piquetes en la isla por una semana, por lo que entre otras rutas y servicios, estaba suspendido el de la balsa que cruza desde el continente. Ya que lamentablemente no hay un servicio similar del lado Argentino y existe una dependencia del país vecino para acceder por tierra, hay que hacer migraciones en dos oportunidades, etc. Entonces resumiendo salimos de Buenos Aires con el camión el Jueves a la tarde, fuimos a Rawson (provincia de Buenos Aires), donde debíamos hacer noche, para cargar en una fábrica a primera hora de la mañana y seguir camino. Así que ya el Jueves a la noche luego de dar una vuelta por el pueblo y comer algo, estacionamos el camión frente a la fábrica y dormí en lo que iba a ser mi habitación por la próxima semana, la cabina. Además de los asientos y bastante espacio tenía una cucheta con una cama atrás, pero como yo iba molestando al chófer (Miguel), y el era el que estaba trabajando, él dormía en el colchón y yo sobre los asientos que plegaba, y junto con el tablero de la palanca de cambios, hacían una especie de superficie plana. Y así fue, después de pasar la primer noche en el camión, cargamos en la fábrica y al otro día pasamos por Saladillo, donde vivía Miguel. Como empezó el problema con la Balsa y no tenía sentido que saliéramos, El chófer se quedó disfrutando de su familia y yo con ellos tomando mate y compartiendo todo el fin de semana, era un plan tranquilo y hasta algo aburrido, pero mejor opción a estar esperando solos en la frontera o en Río Gallegos. Así que el viaje se extendió 2 días y medio más. Yo tranquilo o paseaba por Saladillo o estaba con su familia o la de su hermano, y me iba a dormir al camión, está vez si a la cucheta, frente a un parque, para de paso vigilar el trailer que estaba con toda la carga (aunque esa ciudad no es insegura). El lunes se suponía que se resolvía el conflicto en Chile (finalmente aceptaron un aumento del gas del 3%), así que decidimos salir a las 6 de la mañana, ya con comida para parte de la travesía y ahí podría decir que comenzó realmente el viaje. La verdad es que fue toda una experiencia, y lo digo por lo pude conocer algo de la vida de estos personajes tan particulares, que hacen un trabajo agotador, y también tan arriesgado, ya que una distracción les puede costar la vida. Aunque a veces parecen no ser muy conscientes de eso. Así que preguntando por mi parte bastante y escuchando historias, algunas de las cuales eran poco creíbles, comenzamos a andar kilómetros. El primer día fue algo lento, ya que tuvimos que parar unas 3 veces para hacer algunas gestiones (banco, comprar un parabrisas y encontrarnos con el dueño del camión, que volvía de vacaciones), entonces apenas pasamos el río colorado, habremos hecho otros 200kms y luego de parar a cenar, hicimos unos minutos más de ruta y dormimos sobre un lugar de banquina amplia en el medio de la ruta. Al otro día salimos desde las 6 de la mañana y a volver a hacer ruta, apenas paramos para buscar agua para el mate, algunas galletitas y en Trelew para cargar gasoil, lo que nos hizo perder como una hora, porque nos costó encontrar una estación de servicio que nos vendiera, ya que había desabastecimiento. Y así seguimos camino entre mates, historias y saludando a los otros camioneros que nos íbamos cruzando, y debo decir que muchos de ellos venían hablando y mirando el celular / móvil, algo imprudente, pero creo que la forma más simple e inconsciente que tienen para entretenerse en jornadas tan largas y con paisajes tan monótonos, como el del la Ruta 3, al sur del Río Colorado. Paramos un rato a descansar y dormir algo de siesta para después continuar. Cuando pasamos por Comodoro Rivadavia el viento soplaba con tanta fuerza que por momentos nos movía el camión. Pero seguimos andando hasta entrar a la provincia de Santa Cruz, donde paramos tipo 1 de la mañana a dormir en la ruta, mientras el viento hamacaba un poco la cabina. El tercer día ya salimos apenas pasadas las 5, llegamos a Río Gallegos al mediodía, vimos al despachante de aduanas, comimos, dormimos algo y compramos algunas cosas para pasar la balsa y hacer noche. Terminamos saliendo para la frontera a la tarde, donde hicimos migraciones, y ya en Chile Cruzamos el Estrecho de Magallanes en la Balsa, hicimos alrededor de 3 horas de camino (casi todo de ripio), nuevamente migraciones del lado Chileno y dormimos en el camión, justo antes de hacer las gestiones en el puesto de frontera Argentino. Así que al otro día nos levantamos tipo ocho, migraciones, cruzamos y a media mañana llegamos al destino final, Río Grande. Ahí estuvimos un rato en el depósito fiscal, ducha, relax, más mates y después Miguel me acercó hasta el centro, donde le volví a agradecer, me despedí de él, y me encontré con unos amigos, para comenzar a recorrer Tierra del Fuego con ellos, que ya estaban desde hace unos días por la zona con la familia. Lo contaré en otras publicaciones, pero la idea es la de ir conociendo algo de la isla, haciendo base en Río Grande, Tolhuin y Ushuaia. En Conclusión el viaje en camión, se hizo largo, pero fue toda una experiencia, así que contento de haber podido realizado estos casi 3000 kilómetros de esta manera, y por sobre todo de como me trató Miguel, el chófer, que me terminó aguantando casi una semana. Además de las historias que contaba él, están todas las que contaban los otros camioneros que íbamos cruzando en las estaciones de servicio o en las paradas que íbamos haciendo para comer. |
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