jueves, 27 de enero de 2011

En camión a Tierra del Fuego

Comienzo esta tercera etapa de mi viaje que es por la Patagonia, y para llegar a los territorios mas australes del continente elegí un medio de transporte no tan convencional. El padre de un amigo trabaja en una empresa de transportes y me ofreció ir de acompañante del chófer, en uno de los camiones que tenía que venir hasta la isla grande a entregar mercadería. Así que acepté para ver que tal era la experiencia y de paso porque negarlo, me ahorraba el pasaje.
Justo cuando íbamos a salir surgió un problema con la población de Tierra del Fuego del lado Chileno, les quisieron aumentar el gas un 17% (que es fundamental para la gente que habita por estas zonas del mundo), y hubo piquetes en la isla por una semana, por lo que entre otras rutas y servicios, estaba suspendido el de la balsa que cruza desde el continente. Ya que lamentablemente no hay un servicio similar del lado Argentino y existe una dependencia del país vecino para acceder por tierra, hay que hacer migraciones en dos oportunidades, etc.
Entonces resumiendo salimos de Buenos Aires con el camión el Jueves a la tarde, fuimos a Rawson (provincia de Buenos Aires), donde debíamos hacer noche, para cargar en una fábrica a primera hora de la mañana y seguir camino. Así que ya el Jueves a la noche luego de dar una vuelta por el pueblo y comer algo, estacionamos el camión frente a la fábrica y dormí en lo que iba a ser mi habitación por la próxima semana, la cabina. Además de los asientos y bastante espacio tenía una cucheta con una cama atrás, pero como yo iba molestando al chófer (Miguel), y el era el que estaba trabajando, él dormía en el colchón y yo sobre los asientos que plegaba, y junto con el tablero de la palanca de cambios, hacían una especie de superficie plana.
Y así fue, después de pasar la primer noche en el camión, cargamos en la fábrica y al otro día pasamos por Saladillo, donde vivía Miguel. Como empezó el problema con la Balsa y no tenía sentido que saliéramos, El chófer se quedó disfrutando de su familia y yo con ellos tomando mate y compartiendo todo el fin de semana, era un plan tranquilo y hasta algo aburrido, pero mejor opción a estar esperando solos en la frontera o en Río Gallegos. Así que el viaje se extendió 2 días y medio más. Yo tranquilo o paseaba por Saladillo o estaba con su familia o la de su hermano, y me iba a dormir al camión, está vez si a la cucheta, frente a un parque, para de paso vigilar el trailer que estaba con toda la carga (aunque esa ciudad no es insegura). El lunes se suponía que se resolvía el conflicto en Chile (finalmente aceptaron un aumento del gas del 3%), así que decidimos salir a las 6 de la mañana, ya con comida para parte de la travesía y ahí podría decir que comenzó realmente el viaje. La verdad es que fue toda una experiencia, y lo digo por lo pude conocer algo de la vida de estos personajes tan particulares, que hacen un trabajo agotador, y también tan arriesgado, ya que una distracción les puede costar la vida. Aunque a veces parecen no ser muy conscientes de eso. Así que preguntando por mi parte bastante y escuchando historias, algunas de las cuales eran poco creíbles, comenzamos a andar kilómetros.
El primer día fue algo lento, ya que tuvimos que parar unas 3 veces para hacer algunas gestiones (banco, comprar un parabrisas y encontrarnos con el dueño del camión, que volvía de vacaciones), entonces apenas pasamos el río colorado, habremos hecho otros 200kms y luego de parar a cenar, hicimos unos minutos más de ruta y dormimos sobre un lugar de banquina amplia en el medio de la ruta.
Al otro día salimos desde las 6 de la mañana y a volver a hacer ruta, apenas paramos para buscar agua para el mate, algunas galletitas y en Trelew para cargar gasoil, lo que nos hizo perder como una hora, porque nos costó encontrar una estación de servicio que nos vendiera, ya que había desabastecimiento. Y así seguimos camino entre mates, historias y saludando a los otros camioneros que nos íbamos cruzando, y debo decir que muchos de ellos venían hablando y mirando el celular / móvil, algo imprudente, pero creo que la forma más simple e inconsciente que tienen para entretenerse en jornadas tan largas y con paisajes tan monótonos, como el del la Ruta 3, al sur del Río Colorado. Paramos un rato a descansar y dormir algo de siesta para después continuar. Cuando pasamos por Comodoro Rivadavia el viento soplaba con tanta fuerza que por momentos nos movía el camión. Pero seguimos andando hasta entrar a la provincia de Santa Cruz, donde paramos tipo 1 de la mañana a dormir en la ruta, mientras el viento hamacaba un poco la cabina.
El tercer día ya salimos apenas pasadas las 5, llegamos a Río Gallegos al mediodía, vimos al despachante de aduanas, comimos, dormimos algo y compramos algunas cosas para pasar la balsa y hacer noche. Terminamos saliendo para la frontera a la tarde, donde hicimos migraciones, y ya en Chile Cruzamos el Estrecho de Magallanes en la Balsa, hicimos alrededor de 3 horas de camino (casi todo de ripio), nuevamente migraciones del lado Chileno y dormimos en el camión, justo antes de hacer las gestiones en el puesto de frontera Argentino.
Así que al otro día nos levantamos tipo ocho, migraciones, cruzamos y a media mañana llegamos al destino final, Río Grande.
Ahí estuvimos un rato en el depósito fiscal, ducha, relax, más mates y después Miguel me acercó hasta el centro, donde le volví a agradecer, me despedí de él, y me encontré con unos amigos, para comenzar a recorrer Tierra del Fuego con ellos, que ya estaban desde hace unos días por la zona con la familia.
Lo contaré en otras publicaciones, pero la idea es la de ir conociendo algo de la isla, haciendo base en Río Grande, Tolhuin y Ushuaia.
En Conclusión el viaje en camión, se hizo largo, pero fue toda una experiencia, así que contento de haber podido realizado estos casi 3000 kilómetros de esta manera, y por sobre todo de como me trató Miguel, el chófer, que me terminó aguantando casi una semana. Además de las historias que contaba él, están todas las que contaban los otros camioneros que íbamos cruzando en las estaciones de servicio o en las paradas que íbamos haciendo para comer.

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