Al final salí a hacer mi primer caminata de varios días, inicialmente iba a realizar una ruta que tenía en una guía de trekking, pero luego de hablarlo con gente local, decidí extender el recorrido e ir desde Ushuaia al Lago Fagnano por un sitio y volver por otro. La ruta que decidí seguir fue la de entrar por el Paso Bebán, pasar por Bahía Torito, en el Lago Fagnano, seguir por la costa hasta la Laguna de los Renos y volver por el cañadón de las cinco lagunas, paso Valdivieso y Valle Carbajal.
La verdad es que no son rutas que la gente suele hacer habitualmente, así que lo pregunté bastante y luego de hacerla tengo que decir que la dificultad de este trekking creo que es intermedia y por tramos difícil, físicamente es algo exigente, y hay que tener algo de experiencia, sobre todo para la parte que hice de vuelta. Igualmente en mi caso, no quería repetir los errores que cometí cuando se formó el grupo para hacer paso de la oveja (a lo sumo ir con una o dos personas más habituadas a caminar en montaña), y además al necesitarse 4 o 5 días, me terminé yendo sólo (La mayoría de la gente viene a Ushuaia entre 2 y 4 días en total). Así que preparé todo y como corresponde el día anterior fue a notificar fechas y ruta a la oficina de turismo, para que tengan registro en Defensa Civil en caso de problemas.
Así que arregle transporte con Sergio (dejo sus datos al final del post por si a alguien le pueden ser útiles) y me llevó a la mañana por la ruta 3, hasta el kilómetro 16, justo donde el gasoducto corta la carretera, que es el punto de partida.
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Camino a Paso Bebán |
En el terreno que iba a ser habitual en los próximos días, fui avanzando por tramos entre bosque y turbal. Ya cuando habré avanzado un par de kilómetros crucé una especie de ruta de cuatriciclos / Quads y la fui siguiendo por momentos, ya que me convencía el rumbo y se avanza más rápido, hasta que se hizo senda y llegué al Refugio Bonete, son alrededor de 4 kms y medio y tardé alrededor de dos horas. Ya desde ahí avancé unos metros más para protegerme del viento, paré a almorzar algo y seguí metiéndome entre las montañas por el paso Beban, con el Cerro Falso Carbajal de frente, que la verdad es que ofrece una muy buena vista con sus pequeños glaciares colgando en la cima. Ya bordeando el Cerro Navidad, con el río a la derecha se va girando hacia la izquierda (Noroeste) y queda el Paso Beban 1 o Este de frente. Atravesarlo no es tan simple, ya que no se veía senda clara y hay que ir subiendo por una pendiente llena de pizarra o laja suelta. Al piso no tan firme había que sumarle que para colmo había viento bastante fuerte de frente, por lo que había que ir muy lento y seguro, para no desestabilizarse. Una vez que se cruza el primer paso, ya queda de frente algo a la derecha el Paso Beban 2 o Oeste, así que se va tranquilo por la ladera de la montaña para poder sortearlo. Dentro de las vistas que ofrece, a la derecha se ve un cañadón con la Laguna Paso Beban de fondo, una buena panorámica, de las tantas que ofrece este recorrido.
Una vez que se atraviesa el Segundo paso ya el resto del camino es bastante sencillo de hacer, cuesta abajo y dejando el curso de agua del lado derecho. Avancé cerca de unos 4 kilómetros más, paré un buen rato a ver unos castores que andaban en una laguna llevando ramas para reforzar su dique, pero cuando me acerque un poco más, se metieron bajo el agua. En el curso de todo el río se puede ver el daño que causan estos animales no autóctonos, traídos a la isla hace años por la Armada Argentina, en un intento frustrado de explotar sus pieles. El problema principal es que en Tierra del fuego no tienen depredadores naturales, y encima los árboles que cortan no se regeneran (como si lo hacen en sus territorios de origen), sumando a que el tipo de bosque local al ser alcanzado por el agua de sus embalses muere. Pero volviendo al tema del trekking seguí caminando un poco más y cerca de las 5 y media de la tarde acampé en el arroyo que forma el Salto del Azul, una cascada muy pintoresca que queda a la izquierda del camino.
El segundo día comencé a caminar un poco antes de las 10, y aunque por muchos momentos no tenía senda, el camino no era demasiado complicado, pasé al otro lado del curso de agua (quedó a mi izquierda) y se hacen kilómetros cuesta abajo entre bosques y turbales. Ya después de caminar un buen rato se comienza a ver a la distancia el Lago Fagnano y uno pasa cerca dos lagunas, una a cada lado. Llegué a orillas del Fagnano, Bahía Torito cerca de las 12 del mediodía, pero lo hice al Este del cauce de agua, por suerte hay ahora una empresa turística que explota la zona y construyó un muelle y pequeño puente, así que me ahorro el trabajo de tener que cruzar el río y me fui a las cabañas y viejo muelle que funcionan en el lugar hace años. Saludé a las 3 personas que viven ahí, les pregunté como seguir para Laguna de los Renos, me indicaron amablemente que en lugar de continuar por la costa, como tenía pensado, podía comenzar siguiendo unos caminos de Cuatriciclos que van por detrás de su carpintería. Les agradecí, me despedí y seguí camino. En caso de problemas o llegar muy cansado tenía Bahía Torito como vía de escape. Ahí en caso de emergencia la gente local puede contactar a Prefectura o arreglando precio te pueden llevar en lancha del otro lado Lago o a Laguna Palacios (al Este), donde hay carretera y suele ir gente a pescar y acampar. Ellos tienen unas cabañas y también se puede llegar sólo hasta ahí y alojarse unas noches en el sitio.
Seguí mi camino hasta Laguna de los Renos (o de las Tres Marías), avancé un buen rato, paré a comer algo y para variar perdí de nuevo la senda, así que como era costumbre, seguí atravesando bosques y turbales. Habré tardado una hora y media en llegar, la fui bordeando hasta donde entra un pequeño curso de agua que viene del Paso Cinco Lagunas y se ve una pequeña cascada.
Luego seguí un rato más caminando por la orilla, paré un rato a contemplar la laguna, aunque sólo se oían saltar truchas y se veía dos patos muy tranquilos navegando por su aguas. Seguí buscando camino pero al no encontrarlo, volví al arroyo y manteniéndolo mi derecha, empecé a subir por el valle, medio a rumbo entre bosque y turba hasta alcanzar la laguna siguiente. Apenas vi el espejo de agua me recibieron unos cóndores majestuosos volando en la cumbre de las montañas cercanas. Eran alrededor de las cinco, así que me fui hasta la parte norte y acampé a metros del arroyo, sobre el bosque en medio de árboles firmes (sino puede haber riesgo de que caigan con los vientos).
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Paso Cinco Lagunas |
Para seguir desde la cima donde veía la Laguna Mariposa había que atravesar al lado de una cascada trepando roca, y como al ir en solitario, me pareció que ya había cometido demasiadas imprudencias cuesta arriba, decidí irme medio a rumbo, siguiendo el perfil de las elevaciones rodeando el cerro que tenía en frente, total lo peor que me podía pasar era volver y acampar ahí. Para colmo comenzaron a bajar las nubes y no se veían los picos de las montañas, así que se hacía difícil orientarse por esa referencias y no iba a ver el Paso Valdivieso. Entonces comencé a andar hacia el sudoeste, y sin darme cuenta, pase cerca del Paso Mariposa, de ahí seguí rumbo sur en altura pasando 3 lagunas por un cañadón, la primera de ellas de un color verde intenso y la última y mayor, me sorprendió cuando vi que tenía a tres que la habitaban nadando, en el medio de la roca, a esa altura, casi sin vegetación alrededor. Es increíble el poder de adaptación de estos animalitos, que en mi caso siempre los divisaba a las tardes cuando salían. Donde termina la tercer laguna hay una cascada y una especie de precipicio con bastante pendiente y piedra suelta. Al no ver las cimas por las nubes comencé a orientarme mapa y brújula en mano, y llegué a la conclusión de que el valle que tenía debajo era el Carbajal, con el río Olivia. Había hecho el cruce en forma paralela al Paso Valdivieso, así que con recaudo, se podría decir que hice la última imprudencia del día, bajé muy lenta y cuidadosamente por la pendiente de roca desprendidas, apenas pude ya me puse a bajar por vegetación y cerca de las 18:30 llegué al río, lo recorrí rumbo Sudeste, unos metros hasta que encontré un buen lugar para acampar en una playita, y mientras armaba la carpa por la orilla de enfrente paso un zorrito muy relajado, que me ignoró por completo y siguió su camino indiferente.
El cuarto día estaba claro, tenía que seguir el Río Olivia (desde la orilla norte) por el Valle Carbajal hasta la Laguna Arco Iris, y ya desde ahí salir a buscar la ruta 3. honestamente me pensé que lo iba a hacer en forma rápida, pero fue un día a puro turbal, chapoteando en agua y barro y hundiéndome en la turba, que te va cansando y comiendo piernas. Para colmo, muchas veces uno se hace un camino y cuando llega descubre una presa de castor con su embalse, por lo que hay que rodearla. Tipo 12 llegué a la Laguna Arco Iris, almorcé y me fui para el sur siguiendo el río, pero no hubo forma (o no encontré el sitio) para cruzarlo sin mojarme, lo seguí un buen tiempo y al final cuando ya me comenzaba a alejar del cerro Portillo decidí badearlo. Al cruzarlo y caminar un poco, justo vi dos Martín pescadores imperturbables, sobre un árbol muerto en el turbal, a orillas del río Olivia. Seguí caminando para el sur y al meterme en el bosque del cerro ya encontré finalmente una senda sólida, que después se unió con una carretera, así que fui avanzando por fin en forma cómoda rumbo sur hasta llegar una casa de campo, donde me crucé con uno de sus ocupantes que venía a caballo y me preguntó si en el camino había visto vacas salvajes de ellos, que tenían que ir a buscarlas. Saqué mi mapa, le mostré donde las vi, oí, o donde había cruzado bosta fresca, luego seguí unos metros más, y salí a la Ruta 3 por donde antes estaba la antigua posada del peregrino o la mosca loca, por el km 13. Caminé un poco hasta tener señal en el celular / móvil y lo llamé a Sergio para que me venga a buscar. Así que a la tarde, ya estaba de vuelta en Ushuaia, disfrutando de una merecida ducha caliente y buena comida después de 4 jornadas de caminata.
En conclusión, es un circuito difícil de hacer, más que nada porque en mi caso o no andaba muy inspirado y por lo general me quedaba sin senda, y había que ir orientándose y atravesando bosques cerrados. Por momentos encontraba algo de camino y veía unas pisadas frescas de una persona, al salir me comentaron que fue un chico Ruso, que lo hizo dos días antes que yo. Además al estar caminando continuamente por turbales, se está prácticamente los 4 días con los pies mojados. Creo que sería más sencillo hacerlo en el sentido contrario, y de ambos tramos, el más fácil es del paso Beban a Bahía Torito. Igualmente por lo agreste del terreno y el paisaje me gustó mucho y disfrute de este trekking. Una pena que no me haya llevado el zoom de mi cámara (no tenía mucho lugar en la mochila), porque la verdad es que en la soledad del bosque y en contacto con la naturaleza me crucé con muchos animales, que aunque me quedé contemplando no tenía alcance para buenas fotos. Con gente, no me he cruzado con nadie en todo el camino, salvo los 3 residentes de Bahía Torito.
Dejo los datos de contacto de Sergio, lo conocí en el Valle de los Lobos y me pareció una persona excelente, por si alguien quiere contactarlo para algún transporte o excursión: (02901) 414160 o sergiodicaro@hotmail.com
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