Como describirlo es lo más complejo, no terminaba de decidirme y durante las dos semanas que estuve previas a embarcarme, mientras visitaba Ushuaia y sus alrededores le preguntaba a cualquier persona que cruzaba y que había estado en la Antártida, que tal era el lugar y la experiencia. Todos venían maravillados. Decían que era increíble, pero nadie podía ponerle los adjetivos correctos para expresar lo que había vivido en el continente blanco.
Al final dí bastantes vueltas, pero luego de consultarle a un par de amigos, me terminé de convencer cuando le comenté el itinerario a mi Tío Rubén, que ha estado en la zona un par de veces y es uno de los que quedó flechado por los encantos de esta región tan austral del planeta. Él fue uno de los que me dijo que si tenía el tiempo y el dinero no lo dude y así fue.
![]() |
Focas Cangrejeras - Bahía Paraiso |
Es cierto, el precio de "último minuto" no era precisamente barato, luego de recorrer y especular bastante lo mas económico que encontré fue USD 3145 por un crucero / Tour de 9 días y medio con todo incluido, pregunté bastante a gente local y ese precio no iba a bajar, aunque uno realmente intente esperarlo hasta los momentos finales a la partida. Además del importe, significaba acortar mi viaje alrededor de 4 meses, pero me convencí para hacer esta excepción en el presupuesto y partí a conocer el Continente Blanco. Además estaba en Ushuaia con tiempo para esperar y la plata, oportunidades que quizás no repitan muchas veces más en la vida.
Una semana después de haber sacado el pasaje, trekking de 4 días al Lago Fagnano de por medio, me embarque en el MS Expedition. Me lo habían recomendado y ya me sorprendí al ver mi habitación, era la más económica, compartida con tres camas, baño y bastante espaciosa. Además las comidas y los servicios a bordo eran excelentes. Zarpamos a las 6 de la tarde y mientras comenzamos a avanzar por el Beagle ya nos fueron dando algunas charlas introductorias seguidas por la cena y una película.
La verdad es que durante los dos primeros días, mientras se cruza el Pasaje de Drake, no hay mucho para ver, salvo que se tenga la suerte de cruzar algún animal, así que intentaba ir de vez en cuando a cubierta, donde con paciencia se pueden ver sobre todo aves, entre las que se pueden distinguir petreles y albatros. El clima fue bueno, así que Drake nos trató bastante bien a la ida, igualmente durante todo el viaje se van organizando lecturas o exposiciones sobre la Antártida a cargo de biólogos, geólogos o historiadores, así uno se va interiorizando de lo que va a conocer y de paso se entretiene. Ya cuando comenzamos a llegar a las Islas Shetland del Sur pudimos ver unas ballenas de aleta y algunos pingüinos barbijo nadando cerca del barco, toda una introducción a lo que vendría en las jornadas siguientes.
A la tarde del tercer día ya llegamos a la Shetland del sur, puntualmente a la Isla de Aitcho, donde tuvimos nuestro primer desembarco. Creo que estábamos todos bastante alterados cuando empezamos a tomar las Zodiac hacia la playa y el clima estuvo espectacular para esta isla, que es una de las pocas que tiene algo de verde. Caminamos por sus playas y había básicamente dos clases del pingüinos, los Papúa y algunos de la especie Barbijo. En ambos casos tenían pichones ya bastante crecidos, cambiando plumaje antes de irse al mar a pasar el invierno, pero mientras los últimos estaban más estáticos y concentrados en grupos, los Papúa o Gentoo (en inglés) eran mas inquisitivos y curiosos, y andaban jugando entre la gente o picoteando a veces los pantalones de algunos de los turistas. La verdad es que resulta muy divertido y uno no deja de mirar para todos lados y sacar fotos. Ya después de una hora nos fuimos para una caminata a uno de los extremos de la isla, donde además de disfrutar de unos momentos de cielo azul y sol pudimos ver bastantes elefantes marinos hembras y crías que estaban en tierra cambiando sus pelajes, bastante estresados por esta fase crítica, así que además del olor que desprenden, de vez en cuando emitían algún quejido. Luego de cambiar el pelaje se van a pasar el invierno y alimentarse al mar. Actividad que ya estaban haciendo los machos mayores, por eso no los vimos. Luego de la época de cría y de vigilar y competir por su harén, se van al mar a alimentarse y recuperar peso. También había algunos lobos marinos y una foca de weddell, sola en un rincón mirándonos tranquila y descansando mientras le sacábamos fotos y disfrutábamos de ella. Ya más que contentos con la primer experiencia de desembarco nos tocó volver al buque antes de cenar, briefing o repaso de las actividades del día, las de la jornada siguiente y a dormir.
Pingüinos Barbijo - Isla de Aitcho - Shetland del Sur |
![]() |
Lobos Marinos - Isla de Aitcho - Shetland del Sur |
![]() |
Pingüinos Papúa - Puerto Neko |
Comenzó el quinto día y a la mañana bajamos en la isla de Peterman, de los lugares que visitamos fue el que más disfruté en contacto con la fauna. Primero fui a ver los pocos pichones que quedaban de pingüinos Adelaida, estuve ahí un buen rato y después me fui hasta la otra punta de la playa, donde había un monumento en forma de cruz y el Refugio Naval Groussac de la Armada Argentina.
Me saqué unas fotos desde la cruz y después de ver unos lobos marinos me fui acercando hasta la parte frontal del refugio, donde está la bandera pintada. El problema es que uno tiene que hacerlo respetando la distancia de 5 metros con las aves, y para poder llegar a destino lo fui bordeando entre piedras y agua hasta que llegué a una especie de lago y creo que además de sacar fotos fue la mejor experiencia con los Papúa. Me quedé como unos 40 minutos sentado en una piedra en el medio del pequeño lago o charco y empezaron a aproximarse, primero los pichones a las piedras cercanas y luego los adultos nadando a mi alrededor... sencillamente increíble, disfrute al cien por cien sin importar el frío y el viento.
![]() |
Pingüinos Papúa - Isla Petermann |
A la tarde vino otra de las joyas del viaje, el primer paseo en Zodiac por las aguas de Bahía Pléneau (Pléneau Bay), llenas de icerbers, esculturas naturales de hielo de diferentes tamaños y tonalidades y fauna. Fuimos moviéndonos con la lancha de sitio en sitio y admirando focas cangrejeras, pingüinos pescando y saltando a nuestro alrededor, bloques de hielo y el paisaje en general. Entre los distintos animales que observamos tuvimos la suerte de disfrutar de una foca leopardo descansando en un bloque de hielo, estaba cambiando pelaje y impresiona ver la mandíbula que tiene este mamífero, como la de un perro. Es el segundo depredador Antártico, ya que el principal es la Orca, animales que lamentablemente no pudimos ver en la expedición. La foca leopardo se quedó ahí unos minutos, la miramos a unos metros, y les sacamos bastantes fotos. Después se fue al agua, y por curiosidad no tuvo mejor idea que morder y pinchar la lancha que venía detrás. Toda una experiencia para la gente que estaba a bordo, sobre todo cuando tenían al animal nadando alrededor y justo vieron que empezaron a perder aire de la embarcación.
Por suerte las Zodiacs tienen 7 compartimientos de aire, por lo que no se corre ningún peligro en estos casos. Otra de las cosas que hicimos en esta excursión, y que por más de ser simple me parece digna de mencionar, fue la de apagar el motor de la lancha y disfrutar de los ruidos del mar y sobre todo del de las pequeñas piezas de hielo que nos iban rodeando, que van sonando al ir liberando el aire que tienen comprimido en su interior. Hora y media después de comenzar a navegar volvimos al barco deslumbrados por la experiencia.
Ya este quinto día habíamos comenzado a regresar, cambiando el rumbo hacia el norte, pero siguiendo con el plan de paradas, si el tiempo lo permitía, y así sucedió.
![]() |
Foca Leopardo - Bahía Pléneau |
Ya este quinto día habíamos comenzado a regresar, cambiando el rumbo hacia el norte, pero siguiendo con el plan de paradas, si el tiempo lo permitía, y así sucedió.
A la noche en lugar de película o charla tuvimos el único punto gris del viaje, el tour era algo Británico y nos hicieron la propaganda de la Base de Puerto Lockroy (Port Lockroy), donde íbamos a bajar el día siguiente y era el lugar esperado por muchos, para comprar recuerdos, mandar postales, etc. Lo cómico era que lo promocionaban como la super base científica y en realidad es un auténtico Gift Shop, donde hay cuatro voluntarias vendiendo souvenirs y una de ellas además contando pingüinos. Como no tenían ni duchas, vinieron a bordo la noche anterior a bañarse, respondieron una ronda de preguntas...bastante tontas para ser honesto y se fueron. Digo esto por lo que fue al otro día la visita y sin desmerecer a las bases y científicos Británicos, que tienen instalaciones y profesionales más que respetables en el continente blanco, pero justo la localización en la que pusimos nuestros pies, no era el ejemplo a seguir.
Entonces al otro día desembarcamos en Puerto Lockroy, lo bueno es que se podía ir de la Isla Goudier (Goudier Island) donde estaba la tienda de Souvenirs al Punto Jougla, una playa cercana. Dí una vuelta en los alrededores de la antigua base, el cielo estaba celeste y había sol, así que saque unas cuantas fotos muy buenas y sin gastar ni un centavo salí disparado en Zodiac para el segundo destino, Punto Jougla (Jougla Point) otro de mis sitios favoritos. En las playas, con sus piedras cubiertas de nieve había un esqueleto de ballena, reacomodado para que se pueda apreciar su ensamblaje y extensión, para variar Papúas con sus crías y lo mejor, quizás por la novedad y porque me encantan los pájaros de esta familia, cormoranes de ojo azul con sus pichones.
![]() |
Cormoranes de Ojo Azul, Puerto Lockroy |
A la tarde compensando lo del Gift Shop vino un paseo en Zodiac por el lugar que para mi tiene el mejor paisaje de todo lo que vi. Fue en Bahía Paraíso (Paradise Harbour) alrededor de donde se encuentra la Base Argentina Brown. Y ahí me di cuenta que pasa cuando a uno le piden que lo describa, aunque voy a intentarlo: Una bahía casi cerrada, con mar completamente calmo lleno de fauna y bloques de hielo de todos los tamaños, tonalidades y formas. Y para complementarlo rodeado por costas de montañas, rocas y glaciares. Un paisaje similar al girar en 360 grados, algo único, majestuoso e inigualable. Nunca había estado en un entorno así, a lo sumo había visto algunos glaciares entre montañas, pero no con está magnitud, en tanta cantidad, y rodeado por estas esculturas de hielo flotando en el agua, a veces coronadas con focas descansando imperturbables.
![]() |
Bahía Paraíso |
A la noche ya comenzamos a aproximarnos a las Shetland del Sur, donde iban a ser las últimas paradas. La primera estaba programada en la isla Decepción, en la Bahía de Balleneros y la segunda en la Isla Media Luna. Como el clima en el segundo destino era muy malo, hicimos las dos paradas en Decepción. Un pena, seguía a bordo con una caja de alfajores, y andaba con la esperanza de poder pasar por la Base Argentina de Media Luna para dejarla ahí, pero no se pudo.... espero que para la próxima :)
La Isla Decepción es muy particular, una especie de anillo, formado por la parte que sobresale en superficie de la caldera del cráter de un volcán. Tiene una entrada de agua por donde se ingresa que se llama Fuelles de Neptuno (Neptune's Bellow). Es un sitio activo aunque la última erupción fue en 1968 y destruyo las bases Chilena y Británica que funcionaban en el lugar. Sólo siguen activas en campañas de verano Instalaciones Argentinas y Españolas. Antiguamente la isla, por el refugio natural que ofrece fue utilizada por los Noruegos como planta ballenera de 1911 a 1931, cuando se cerró por el colapso del precio del aceite de ballena.
En el desembarco de la mañana visitamos Bahía Ballenera, donde se puede caminar por la playa, ver los restos de la antigua planta y parte de los edificios de las instalaciones que luego utilizaron los Británicos durante la segunda guerra mundial en la llamada "Operación Tabarin". También realizamos dos actividades más, En la primera caminamos hasta la ventana de Neptuno, una apertura en el medio de la montaña, desde donde se pueden ver sus acantilados y el mar. La segunda era voluntaria, quienes querían podían nadar en el mar y les daban un certificado. La verdad es que preferí no hacerlo, ya la paso bastante mal cuando tengo que badear arroyos de montaña, como para hacerlo en el mar por la gracia. Así que mientras algunos se refrescaban y volvían al barco pálidos tiritando de frío para meterse directo en el sauna, me quedé recorriendo el lugar y sacando fotos de los tanques y las antiguas instalaciones balleneras.
En la segunda bajada fuimos a Bahía Telefón (Telefon bay), creo que recibe el nombre por un barco que tuvo que ser reparado o encalló en el lugar. Lo curioso y que hicimos en ese lugar en caminar por los bordes de un cráter de una salida del volcán. Caminata interesante y particular, así que esa fue nuestra despedida de tierras antárticas. Luego embarcamos, volvimos a estrechar manos con Drake, que se volvió a portar bien, más charlas, videos, películas, observación de aves en cubierta y dos días después volvimos a Ushuaia. El único imprevisto fue que tuvimos que hacer una parada de emergencia en la Isla Piloto y saltear Cabo de Hornos, desafortunadamente una pasajera tuvo apendicitis a la vuelta y hubo que evacuarla desde ese sitio en helicóptero. Pero dos horas después ya la habían operado en Ushuaia y todo había salido bien.
Resumiendo además de único, indescriptible, maravilloso, fantástico, virgen, original, etc. Tuvimos suerte con el tiempo, tanto cuando cruzando el pasaje de Drake como en los landings, en total pudimos hacer nueve bajadas, y sólo nos nevó algo y nos mojamos en la segunda. Con respecto al staff del barco, superó completamente mis expectativas por el buen ambiente, los conocimientos de todos en los campos en los que se especializaban y la predisposición para aguantarnos a todos. Otra cosa curiosa somos los pasajeros, en este viaje conviven perfiles de gente muy diferentes, cómo es casi la única forma de ir a Antártida nos mezclamos a bordo distintos personajes, desde mochileros hasta gente acostumbrada a los cruceros, eso lo hace más interesante en algunos casos y la convivencia del grupo fue muy buena.
La mayoría de los barcos son en inglés, en castellano sólo están el buque Ushuaia y otro más que no sé el nombre, pero yo fui por la opción más barata y realmente no me arrepiento. Me habían dicho que el buque era muy bueno y tanto en comida, servicios, staff y equipamiento (con sala de desembarco, gimnasio, sauna y bar) me sorprendió.
La última noche la pasamos en Ushuaia pero a bordo, desayunamos y desembarcamos a la mañana siguiente.
Ya cuando estábamos en puerto, Colin, uno de los biólogos dio una charla extra más que interesante. Resulta que él fue uno de los profesionales que trabajaron de reintroducir a su hábitat natural a la Orca Keiko, que se hizo famosa por la película "Liberen a Willy" (Free Willy). Nos contó la historia, con varias presentaciones y se notaba por momentos que lo hacían emocionar. Luego nos quedamos hablando y me comentó que trabaja en una asociación que intentan devolver a su entorno originario a las Orcas capturadas que siguen en cautiverio en los acuarios, siempre y cuando existan las condiciones para que puedan vivir normalmente en libertad. Y me dijo que de las pocas que quedan en el mundo, una de las candidatas es una de las ballenas que está actualmente en Mundo Marino, en San Clemente del Tuyú (Buenos Aires, Argentina). Ya que no nació en cautiverio y sus hábitos de consumo son de mamíferos, por lo que no necesitaría reencontrar a su grupo familiar original. Esperemos que en un futuro pueda volver al lugar donde pertenece, el Océano.
Toco volver a tierra, y me despido así de tanta comida y desayunos continentales por un tiempo, de vuelta a la vida de mochila, hostels y carpa que tanto me gusta últimamente. Fue una excepción a como acostumbro a viajar, pero no dudo de que valió la pena para conocer este rincón tan maravilloso del planeta. Espero que con el paso de los años se pueda mantener tan limpio y natural como lo está, para que otras generaciones puedan disfrutarlo y quizás tenga la oportunidad de seguir conociendo la Antártida.... ganas sobran.
Ya cuando estábamos en puerto, Colin, uno de los biólogos dio una charla extra más que interesante. Resulta que él fue uno de los profesionales que trabajaron de reintroducir a su hábitat natural a la Orca Keiko, que se hizo famosa por la película "Liberen a Willy" (Free Willy). Nos contó la historia, con varias presentaciones y se notaba por momentos que lo hacían emocionar. Luego nos quedamos hablando y me comentó que trabaja en una asociación que intentan devolver a su entorno originario a las Orcas capturadas que siguen en cautiverio en los acuarios, siempre y cuando existan las condiciones para que puedan vivir normalmente en libertad. Y me dijo que de las pocas que quedan en el mundo, una de las candidatas es una de las ballenas que está actualmente en Mundo Marino, en San Clemente del Tuyú (Buenos Aires, Argentina). Ya que no nació en cautiverio y sus hábitos de consumo son de mamíferos, por lo que no necesitaría reencontrar a su grupo familiar original. Esperemos que en un futuro pueda volver al lugar donde pertenece, el Océano.
Toco volver a tierra, y me despido así de tanta comida y desayunos continentales por un tiempo, de vuelta a la vida de mochila, hostels y carpa que tanto me gusta últimamente. Fue una excepción a como acostumbro a viajar, pero no dudo de que valió la pena para conocer este rincón tan maravilloso del planeta. Espero que con el paso de los años se pueda mantener tan limpio y natural como lo está, para que otras generaciones puedan disfrutarlo y quizás tenga la oportunidad de seguir conociendo la Antártida.... ganas sobran.
Hola están excelentes las fotos demás esta decirlo, espero seguir por acá tu recorrido por america latina. En especial si vas a la catedral de mármol.
ResponderEliminarSaludos
PD: soy daniel uno de los 3 chilenos con que compartimos en punta arenas.
Muchas gracias e intentaré seguir sus consejos para pasar por la Catedral del Mármol.
ResponderEliminarUn abrazo, a cuidarse y buena vuelta a casa,
Seba