martes, 14 de diciembre de 2010

Navegando el Río Amazonas

Navegando el Río Amazonas, Brasil
Esta publicación va a ser larga, ya que contaré en el mismo post el recorrido por el río Amazonas desde Iquitos hasta Belém, incluyendo las paradas y lo que pude conocer haciendo base en Manaus y Santarém.
Desde Iquitos me tomé una lancha rápida hasta Santa Rosa (USD 70, 10 horas). Una vez que llegué a la triple frontera tuve que ir a hacer la salida de Perú en migraciones y cruzar al otro lado del río, a Leticia (Colombia). De la Lancha de desembarca en una pequeña plataforma, así que de ahí, para hacer el trámite y llegar a la otra orilla, los turistas lo hicimos en una lancha que nos cobrara PEN 10 a cada uno, esperando a que completemos los sellados de los pasaportes.
Ya del otro lado del río moverse entre Leticia (Colombia) y Tabatinga (Brasil) es muy simple, sólo cruzando las calles ya que las ciudades se encuentran conectadas. Hay alojamientos en ambos sitios, pero en mi caso preferí quedarme del lado Colombiano, que es algo más lindo y tiene más infraestructura turística. El lado Brasilero es más grande y por ahí sin nada que llame la atención. Pero es a donde tuve que ir a la Policía Federal a hacer mi entrada a Brasil y al otro día a la terminal fluvial para tomarme el Barco a Manaus. Así que después de recorrer varios lugares, y sorprenderme con los precios, terminé quedándome en un sitio por COP 25000 por noche.
Ya al otro día me tomé el barco a Manaus (BRL 170 con comida incluída, 3 días), estos salen desde Tabatinga los Sábados y Miércoles a las 14hs. Recomiendan estar en el puerto fluvial 2 horas antes, tal y como lo hice. pero no pude abordar hasta 3 horas y media después. Lo que sucedió fue que la policía hace tantos controles que retrasan todo. Entonces de a grupos, teníamos que dejar nuestro equipaje en filas en el suelo, esperar a que pasen los perros revisando y después uno por uno nos volvían a chequear todos los contenidos, para terminar palpando uno por uno a cada pasajero para ver que llevaba. Lo bueno es que el barco espera y no zarpa hasta que no aborden todos los pasajeros.
Así que como corresponde cuando subí, busqué un hueco para colgar mi hamaca y en ella me quedé leyendo hasta que iniciamos el recorrido. Durante las primeras paradas del trayecto teníamos a 5 militares a bordo y una lancha navegando al lado. Y en cada parada bajaban custodiando el puente de entrada con ametralladoras y revisando a todos los que ingresaban al buque.
Desde mi punto de vista, considero normal que haya controles al ser una triple frontera, pero me pareció exagerado, por el trato que recibíamos los pasajeros y la forma en que hacían los chequeos. Además la mayoría de la droga que ingresa a Brasil, sin ser un especialista en el tema, estoy casi seguro de que no la introducen turistas caminando directamente por la terminal, ni esconden toneladas en sus hamacas o mochilas los pasajeros de un barco que tarda 3 días en llegar a destino, habiendo tanta selva y río por donde moverse.
Pero bueno, volviendo al viaje en barco, la verdad a mi gusto la experiencia es buena, pero el recorrido puede ser largo y aburrido. Lo que juega a favor es que como todos los pasajeros estábamos en las mismas condiciones, además de disfrutar del paisaje, leer, y mirar la tele, uno termina hablando y conociendo a bastante gente.
El paisaje es bastante similar durante todo el trayecto, entonces las paradas se convierten en una especie de atractivo del itinerario, porque rompen la rutina y es cuando hay transito de gente, ya que suben vendedores ambulantes, hay movimientos en el piso de cargas y cambio de pasajeros. No paso nunca nada, pero cuando paraba siempre me quedaba cerca de mi lugar, para controlar que no toquen mis mochilas, que como los equipajes de todos, quedan en el piso.
Este primer barco lento fue el que más me gustó de los 3 que tomé, en el precio tenía incluidas tres comidas diarias (desayuno, almuerzo y cena), así que pasaban tocando una campana y había que ir a hacer cola en el comedor para comer por turnos alrededor de las 6, 11:30 y 18hs. Si uno lleva un tupper o plato, puede ir directamente a la cocina y comer en cualquier sitio (como hacía la mayoría de la gente). La comida es básica pero esta bien, café con leche y pan a la mañana y las otras comidas eran arroz, pasta, frijoles y algo de proteína (o pescado, o cerdo o vaca).

MANAUS:
El barco llegó a la tarde, así que me busqué alojamiento barato entre el puerto y la cuidad, que al final salió BRL 15 por noche, y salí a caminar por el centro. Di un par de vueltas y la verdad, salvo el Teatro Amazonas y las plazas de sus alrededores, el resto no me llamó mucho la atención. Pero seguí dando vueltas por la cuidad al otro día y visité los siguientes sitios:
  • Teatro Amazonas (entrada BRL 10): Refleja la época dorada de la ciudad, cuando vivía del boom del caucho. En ese período se construyó este teatro tan pintoresco, importando la mayoría de los materiales desde Europa y donde no se descuido ningún lujo o detalle. Los únicos materiales locales utilizados fueron las maderas de los suelos, como las del salón de baile, pero que igualmente se enviaron a Europa donde las Pulieron y tallaron. El suelo original del auditorio tenía ductos de ventilación natural debajo de las butacas, pero con el tiempo quedaron en desuso al ser reemplazados por el aire acondicionado. En la actualidad, cuando no se realizan giras o espectáculos especiales hay funciones gratuitas o a precios muy populares, para acercar a todos los habitantes de Manaus a los eventos culturales y a disfrutar del edificio. Me perdí por un día una función gratuíta que había de la filarmonica juvenil.
  • Bosque da Ciéncia (entrada BRL 5): Como su nombre lo dice, es un parque dentro de un bosque, donde al recorrerlo por sus senderos se pasa por distintas jaulas donde hay varios animales que están rehabilitando y/o estudiando, tales como manatíes, nutrias, yacarés, peces, etc. La verdad es que los pobres animales están en jaulas y la visita no es nada del otro mundo, pero puede ser un paseo entretenido para matar una tarde. Para llegar al sitio hay varios colectivos que salen desde Praça de Matriz como lo números 125 o 519, que tardan en llegar alrededor de 40mins y cuestan BRL 2,30 cada trayecto.

Teatro Amazonas, Manaus, Brasil
No había barcos todos los días, así que despúes de preguntar en el puerto me tomé uno al día siguiente rumbo a Santarém (BRL 100 y 36hs). La sorpresa es que como me dijeron, compré mi boleto y embarque a las 8 del Puerto fluvial, el barco salía casi vacío lo que me parecía raro, pero ya mis dudas se disiparon a los pocos minutos de zarpar. Paramos en otro muelle contiguo en la ciudad, el buque por supuesto se llenó y no llegamos a zarpar realmente hasta las 13.30 horas. Ya una vez navegando el camino fue muy tranquilo, iba leyendo o hablando algo con la gente. Finalmente llegamos dos días después a Santarém durante la noche. Como es costumbre en la zona, por seguridad y para ahorrarme una noche de hotel, me quedé con más gente durmiendo en el barco (es gratis y nunca te cobran de más) hasta la mañana siguiente.

SANTARÉM:
Iba a Santarém con la idea de quedarme unos días y visitar varios lugares, pero tuve problemas con las fechas de los barcos a Belém. Me habían informado desde Manaus, que tenía buques a Belém todo los días, pero para mi sorpresa llegué a destino un Sábado y me dicen que solo hay barcos los Viernes, Sábados y Domingos, los pasajes de avión estaban muy caros, así que me obligó a irme al día siguiente. Me comentaron que también había buses pero nadie me pudo confirmar ni precios, ni días de salida.
Alter do Chão, Amazonas, Brasil
En el barco, al ser el único turista, la gente a bordo me había recomendado un montón de playas y lugares para visitar, y encima coincidía con que ese fin de semana había un festejo religioso en la ciudad. Ya iba con la idea de conocer algunos lugares como las dos ciudades norteamericanas creadas y luego abandonadas por Ford, en su proyecto frustrado de producir caucho en el Amazonas (Fordlandia y Belterra) o la Floresta Nacional (FLONA) do Tapajós, por lo que incluyo información que tenía de como llegar. Pero al final, por falta de tiempo, sólo visité las playas de Alter Do Chao.
Resumiendo mi visita a Santarém, luego de dormir en el barco, me fui hasta el centro, conseguí alojamiento cercano a la plaza y la catedral y luego de ir a Alter do Chão, estuve recorriendo durante la tarde la parte central de la ciudad, que estaba lleno de puestos con juegos y comida por las celebraciones locales. La ciudad es muy tranquila, pero entre otros atractivos, se llega a ver el encuentro de aguas de los ríos Tapajós y Amazonas, donde se distinguen claramente los colores de cada uno. Ya que no se mezclan inmediatamente sus aguas por diferencias de temperatura, densidad, velocidad, etc. Igualmente entre lo que pude o lo que pensaba visitar destaco lo siguiente:
  • Alter do Chão: Llamado por algunos el "Caribe del Amazonas"... apodo exagerado si los hay, la verdad es que debe ser el punto más turístico de la zona, está bien ya que tiene playas de arena clara, agua caliente y no está nada mal para unos chapuzones o recorrer el Lago Verde. Para llegar es muy simple, hay que tomar un bus desde Santarém y tarda sólo 40 minutos (BRL 2,50, son 33kms). Sólo estuve en la zona principal de Alter, pero gente que conocí en el barco me decía que las playas de los alrededores son muy buenas y no tan conocidas, y que una de las mejores está sobre el Tapajós, detrás de un pequeño morro que se ve a la derecha del lago.
  • FLONA: Es la reserva más visitada del Tapajós, por lo que tenía averiguado tiene un perfil algo mas bajo que la selva amazónica y en su interior habitan familias que todavía obtienen de la extracción del caucho recursos para poder subsistir. Se puede visitar el lugar por medio de agencias desde Santarém o Alter do Chao o si se quiere hacer en forma particular. Si uno quiere ir por su cuenta, primero hay que obtener permisos en las oficicinas del IBAMA, que se encuentran en Santarém. Tengo entendido que se puede llegar a la zona tanto en barco como en buses con destino a Maguary.
  • Fordlandia: Resumiendo la historia, Ford la creo esta ciudad en 1928 en el medio del Amazonas, para utilizarla como base para la extracción de caucho en la zona y asegurar a su industria abastecimiento de este material. El trazado y diseño urbano eran al mejor estilo norteamericano, al igual que el hospital con que contaba (dicen, que el más avanzado de Sudamérica en esa época) y varias costumbres que pretendieron importar a la selva. Finalmente el proyecto fue un absoluto fracaso, nunca llegaron a utilizar el caucho producido en la zona, así que alrededor de 1945, y luego de obtener un nuevo fracaso en Belterra, la cuidad fue Abandonada y la selva recuperó parte del territorio que le habían usurpado. Aunque no es un destino frecuente para los turistas, sus restos se pueden visitar. En la actualidad, en la ciudad abandonada en el medio del Amazonas habitan unas pocas familias y para acceder al lugar hay que ir en los barcos con destino a Itaituba, que tardan alrededor de 10 horas, pero me comentaban que están terminando una carretera por la zona por lo que se podría acceder por tierra.
  • Belterra: Con una historia similar a la Fordlandia, esta cuidad fue el segundo fracaso de Ford al intentar obtener caucho del Amazonas. A diferencia de la primer ciudad fundada por la compañía, el terreno de esta zona era algo más apto y Belterra es una ciudad habitada en la actualidad, que conserva sólo unos barrios con su diseño original importado de USA. Es de fácil acceso, ya que hay buses regulares desde Santarém (que tardan alrededor de una hora) y cuenta con alojamientos y lugares para comer.
Después de un día de visita, estuve por la plaza a la noche, que como decía estaba llena de puestos de juegos y comidas, dormí algo y al otro día me tomé el barco para Belém.

BELÉM:
El barco a Belém tarda alrededor de 3 días (y cuesta BRL 100), y la verdad es que de los trayectos que hice es el más interesante, sobre todo durante la última jornada. Aunque de los barcos fue el que menos me gustó, durante el último día el tráfico del río de intensifica, los paisajes van variando, ya que se pasa de zonas realmente anchas donde apenas se divisan las orillas a sectores estrechos donde el barco pasa bastante cerca de las viviendas construidas en las costas. Además al irse aproximando a Belém hay mas densidad de población que habita sobre el río, y se practica una costumbre con este gente de la que no tenía conocimiento. Resulta que al pasar el buque frente a sus casa salen con sus canoas y pequeñas embarcaciones, la mayoría para verlo pasar, saludar y esperar a ver si los pasajeros les tiran algo al agua para que recojan (galletas, comida o ropa). Y en algunos de los casos, enganchan la embarcación al barco, que lo abordan para poder vender así sus productos tales como el típico açai de la zona, quesos, etc. Como el río estaba bajo tardamos más de lo esperado, llegamos a Belém a la noche y el buque atraco en otro puerto, no en el fluvial utilizado habitualmente. Iba a volver a dormir en el barco como hacía la mayoría de la gente, pero conocí en el barco a una chica Alemana, que a su vez conocía a un local miembro de couchsurfing y me invitó a hospedarse en su casa. Así que hacia ahí me fui.
Belém, Brasil
La cuidad tiene partes bastante coloniales y muy pintorescas para recorrerlas durante el día, ahora durante la noche tuve la impresión de que no era demasiado seguro, todo muy oscuro y casi sin gente salvo en los alrededores de la Praça de República y en los shoppings. Como estaba parando por la terminal, aproveché para caminar bastante recorriendo algo la cuidad y visitar los siguientes lugares:
  • Museo Emilio Goeldi (Entrada BRL 2): Un Parque muy prolijo en uno de los barrios más finos de la cuidad. Está bien para un paseo por este pequeño pulmón verde en el medio del asfalto, que tiene jaulas con distintos animales autóctonos tales como yacarés, tortugas, monos, pecaries, etc... y algunos perezosos, guacamayos e iguanas sueltas.
  • Mercado Ver-o-Peso: Quizás sea uno de los lugares emblemáticos de la ciudad, este antiguo mercado de metal fue traído desde Inglaterra en el 1900 y es uno de los lugares que marca el ritmo del puerto y parte de la cuidad.
  • Forte do Castelo: Es del siglo 17 y una visita simpática para disfrutar de las vistas del río y del mercado
  • Estaçao das Docas: Antiguos depósitos del puerto reciclados y convertidos en un moderno centro comercial. Sinceramente no tiene nada de especial con respecto a cualquier shopping, pero puede servir de escala para darse un gusto y refrescarse con el aire acondicionado.
  • Teatro da Paz y Praça da República: El teatro, no es tan espectacular como el del Manaus, pero similar en el sentido de que fue construido durante el boom de la época del caucho. Durante la noche el edificio destaca al estar iluminado, y en la plaza hay algo de movimiento, con gente tomando cerveza en pequeños bares o haciendo algunas actividades en el parque.
No di a tiempo, pero gente local me había recomendado ir a los siguientes lugares: Isla de Cotijuba, la playa Mosqueiro y la de Atalaia en Salinas.
Como no es sorpresa, para variar en Belém estuve menos tiempo de lo esperado, quería irme a Sao Paulo y la opción más barata eran 48hs en bus por BRL 300 (sin incluir comidas), pero al ir al aeropuerto a recibir a otro miembro de Couchsurfing, pregunté en los stands de las aerolíneas y había una oferta de una nueva empresa llamada Puma Air, que si volaba al otro día a la mañana, me costaba sólo BRL 125....y fue lo que hice. Al llegar a Sao Paulo me fui directamente a la terminal de buses (hay un servicio que conecta ambos puntos por BRL 31) y ahí comencé a preguntar por pasajes a Iguazú. Tuve nuevamente suerte, los servicios a Iguazú salen a la tarde, tardan unas 17 horas y cuestan alrededor de BRL 170, pero había una oferta de la compañía Transbrasil, con un omnibus que venía vacío de Fortaleza y salía hasta Foz do Iguaçú sólo BRL 75, así que no lo dude y en ese me fui, para ir dejando Brasil o comenzar a disfrutar de las Cataratas del Iguazú.

Alguna conclusiones del Amazonas:
  • De los tres trayectos realizados a mi gusto el mejor es el de Santarém a Belém (o viceversa), ya que el paisaje va cambiando al recorrer el río, hay más transito y se ve a los pobladores locales con sus canoas que salen al paso del barco o intentan abordarlo para vender sus productos. En cuestión de Barcos el que más me gustó fue el primero (de Tabatinga a Manaus), ya que era el que tenía mejores instalaciones, Televisión, la comida incluida en el precio y había mas variedad de gente, es decir gente que iba a distintas áreas de Brasil, Guyanas, etc. Fui de la forma más rápida, que es corriente a favor, pero en caso de remontar el río, aunque se tarda más, se navega más pegado a las costas.
  • Pasé rápido por el Amazonas Brasilero, pero me quedó la impresión de que quizás el lugar que podía resultar más interesante, era en los alrededores de Santarém. Lo único al venir de Bolivia y Perú, la diferencia de precio por realizar actividades similares era muy grande.
  • Tanto en Iquitos, la triple frontera o en lo que pude conocer del Amazonas por momentos tenía la sensación de estar en algunos lugares de Asia (como Tailandia, Camboya o Vietnam.... por supuesto, salvando las distancias), lo digo por la actividad similar que se vive en los mercados locales, las motos en las poblaciones como principal medio de transporte y por como desarrolla la gente su vida, basada en forma directa o indirecta en el río. Igualmente la actividad como la densidad de población es mucho menor en América, por eso sólo me recordaba esto lugares por momentos.

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