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Cueva de las Manos, Santa Cruz, Argentina |
Llegamos a Bajo Caracoles pasadas las 10 de la noche, así que en el local donde funciona todo, hotel, almacén, estación de servicio y restaurante hicimos combo completo: Llenamos el tanque del coche, cama y comida.
Al otro día temprano nos fuimos hasta La Cueva de las Manos. Llegamos hasta el sitio arqueológico, en el cañadón del Río Pinturas, pagamos la entrada (ARS 15) y comenzamos a recorrer el lugar. Es lo mejor que conozco en cuanto a pinturas rupestres. Debajo de formaciones rocosas, se pueden encontrar distintas figuras creadas con una antigüedad estimada entre 9300 y 1700 años. Como el nombre del lugar lo indica, las que se encuentran en mayor cantidad y resaltan son las figuras de cientos de manos, superpuestas en diferentes colores, creando una vista muy particular, como murales multicolores en las cavidades rocosas. Además de las manos hay representaciones de escenas de caza de guanacos, una mano con seis dedos, patas de ñandú (avestruz) y algunas figuras humanas y geométricas. Las visitas son guiadas, salen a cada hora a partir de las 9 horas y permiten recorrer las zonas con arte rupestre por medio de una galería de madera, para poder preservarlas y reducir el impacto turístico.
Desde ahí salimos directo para Perito Moreno, donde volvimos a pasar de ripio a asfalto, almorzamos, completamos el tanque y a hacer el cruce a Chile vía Los Antiguos.
Desde Los antiguos hicimos migraciones y cruzamos por Chile Chico, siempre bordeando un inmenso e impresionante espejo de agua, llamado Lago Buenos Aires para los Argentinos y General Carrera para los Chilenos.
De Chile Chico decidimos llegar hasta Cochrane, volviendo al ripio y haciendo algo de Carretera Austral. Así que nos deleitados con el paisaje, entre lagos, montañas, bosques y bordeando por momentos el Río Baker, el más caudaloso de Chile, que nace en la zona y desemboca en el mar a la altura de Caleta Tortel. Finalmente llegamos a Cochrane a la noche, buscamos alojamiento, una buena cena y a la cama.
Al otro día luego de desayunar nos separamos, Javier tenía que volver a Bariloche y yo luego de cambiar algo de dinero (los cajeros automáticos de Banco del Estado no aceptan tarjetas extranjeras) me fui hasta Caleta Tortel (CLP 6000, 3hs), a seguir conociendo.
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