sábado, 2 de octubre de 2010

Cerro Rico en Potosí

Desde Sucre después de 3 horas de bus (BOB 15) llegué a Potosí. Me alojé por la zona de la Plaza del Estudiante y salí a recorrer la cuidad.
Cerro Rico de Potosí, Bolivia

Como era de esperar, se nota que tuvo su época de esplendor, siendo la cuidad más poblada de América cuando fue el boom de la plata, ya que por la parte central se pueden apreciar una notable cantidad de casas coloniales y de distintas iglesias de la época.
Además de callejear la cuidad e ir al mercado central como es mi costumbre, visité puntualmente los siguientes lugares:

  • Casa de la Moneda (Entrada BOB 20 + 20 derecho de cámara): Otro lugar emblemático de la historia de América del Sur, construida entre 1753 y 1773 para controlar la elaboración de las monedas de plata. Actualmente se la puede visitar y apreciar los distintos métodos y maquinarias que se utilizaron a través de los años para trabajar la plata y acuñar las monedas. Además en la actualidad tiene varias salas dedicadas a arte y arqueología. Entre lo visto a mi lo que más me llamó la atención fue el Cuadro de la Virgen del Cerro, que sintetiza la historia del descubrimiento del cerro rico con una representación que mezcla entre otras cosas la forma montaña con una virgen. Y después es interesante ver las distintas maquinarias que se fueron utilizando desde los primeros tiempos, los hornos de fundición, etc. Refiriéndome a la historia Argentina, Belgrano ocupó la cuidad en el 1810, 1813 y 1815, y en los últimos dos períodos envió a acuñar las primeras monedas de la República Argentina, ya que el escudo y los símbolos patrios ya habían sido creados, hay unas 10 en exhibición en una sala.
    Cerro Rico de Potosí, Bolivia
  • Cerro Rico de Potosí: Era uno de los platos fuertes para mi de la visita a la cuidad, ingresar a la mina y ver al menos por unos minutos como viven sus trabajadores. La única forma de hacerlo es mediante tours, que según como se negocie salen entre BOB 100 y 60. Todas las minas en el cerro rico están adjudicadas para su explotación a distintas cooperativas, entonces las agencias aportan algo y trabajan con ellas. Básicamente todos los recorridos son iguales, se comienza visitando el mercado minero, donde se compran ciertos productos para darle de propina a los trabajadores al ingresar y si uno quiere por BOB 20 puede comprar dinamita con un detonador y mecha para hacerla explotar luego. En realidad las cooperativas no trabajan como yo lo esperaba por ese nombre, tienen 3 niveles de trabajadores: Los socios que son los integrantes de la cooperativa, quienes a su vez contratan supervisores y trabajadores para que exploten y trabajen en los túneles. Los dos niveles inferiores arreglan una paga por su trabajo y no están cubiertos por la cooperativa en caso de accidente o fallecimiento como si lo están los socios. Y por lo que hablé con el guía, que era realmente muy bueno, lo que aportan las agencias va a las cooperativas, pero por la visita, molestarlos y las fotos, los trabajadores sólo reciben lo que nosotros les podemos dar y que hayamos comprado en el mercado antes de entrar, que por lo general es gaseosa, hojas de coca, cigarrillos o alcohol. Pero centrándonos en la visita, luego de hacer las compras se sube y se ingresa a la mina, ya vestidos con botas de lluvia, ropa especial, linterna y caso, ya que por momentos chorrea agua o uno se puede embarrar. Todo el tiempo hay que ir teniendo cuidado con los carros que circulan por los túneles y en caso de que vengan hay que pegarse a las paredes para dejarlos pasar, ya que cargados pueden pesar más de una tonelada y es imposible pararlos. Los primeros tramos de los túneles están reforzados con arcos de piedra, hechos por los indígenas en la época de la colonia, y a medida que se avanza se ve el método actual, que es apuntalar las paredes con vigas de madera. Estuvimos dentro algo más de dos horas, y al ir avanzando, como eramos sólo 2 personas y el guía nos fuimos metiendo por túneles o distintos agujeros donde era difícil pasar y quizás había una sola persona trabajando en el fondo. Llegamos hasta un área donde hacía más de 40 grados, y los pobre mineros se repartían las tareas entre picar las vetas de plata, extraer el mineral, cargarlo y empujar los vagones hasta la salida. Realmente es más que inhumano verlos trabajar, al ritmo y temperaturas en que lo hacen y más sabiendo los problemas de salud que acarrea, la poca paga que reciben y la falta de cobertura en caso de accidentes, dejamos en este sector casi todos nuestros productos y seguimos pasando entre túneles hasta llegar al "Tío" o el diablo de la mina, que se encuentra representado por una especie de escultura. Desde la época colonial, se dice que los españoles para hacer trabajar y culpar a alguien de los accidentes, hicieron creer a la gente que explotaban que existía un diablo bajo la tierra, por la deformación en la pronunciación termino quedando como "Tío". Lo que se hace desde hace siglos, es que los mineros al menos dos veces por semana le hacen ofrendas al diablo, al igual que a la pachamama, con fetos de llama y por lo general cigarrillos, hojas de coca y alcohol, para que este no se enfade, no cause accidentes y les de buenos minerales en la tierra. Luego de estar en la mina alrededor de dos horas y ver el sitio del Tío salimos satisfechos con la experiencia. Esperamos unos minutos y vimos como un grupo que venía con nosotros detonaba la dinamita que habían comprado dentro de un zapallo y una papaya para después volvernos al centro.
  • Convento de San Franciso (Entrada BOB 15): No es demasiado interesante si se lo compara con otros lugares religiosos de Bolivia, pero se puede acceder al techo de la iglesia donde hay un mirador que está muy bien, visitar una cripta, la iglesia y parte del complejo donde hay bastantes cuadros interesantes.
  • Convento de Santa Teresa (Entrada BOB 20 + 10 por derecho a cámara): Se nota que era un convento de la aristocracia, hace años era costumbre de la clase alta, la de convertir en monja a su segunda hija mujer, en caso de que la tuvieran. Y al ingresar al convento de clausura, lo hacían con sus mejores ropas, como para casarse con dios y su familia debía entregar una dote. Hoy en día se exponen parte de las dotes, que tenían que ser en una cantidad de monedas de oro u objetos que equivalgan su valor, y van desde cuadros a porcelanas chinas, piezas europeas, objetos de plata, oro, etc. Antes eran 21 hermanas, pero en la actualidad son sólo 6 y han flexibilizado las normas de clausura, por lo que alguna de ellas salen al exterior. El convento está muy bien conservado, y la visita guiada es más que interesante ya que además de mostrar el edificio permite apreciar las diferencias entre la antigua vida en el lugar (hasta el concilio de Trento) y la actual. Por ejemplo se pueden ver los coros que usaban las hermanas para que no las vea la gente en la iglesia, la forma en que se comunicaban con sus familiares antes y después del concilio, los silicios que usaban, los tornos para evitar contacto al intercambiar productos con el exterior y con los curas dentro de la iglesia durante las ceremonias, etc. Realmente me lo habían recomendado y creo que es una visita más que interesante para realizar.
  • Ojo del Inca en Tarapaya: Es un antiguo balneario Inca, se dice que venían desde Perú a utilizarlo y realmente es una escapada de relax y para tomarse un baño a 40 minutos de Potosí. El Ojo del Inca es un espejo de aguas termales, que se encuentran a alrededor de 30 grados. En el lago hay cuerdas en caso de que uno se canse de nadar, porque en ciertas partes en imposible tocar el fondo, pero igualmente para los menos atrevidos hay una especia de piscina en un costado. El entorno también es muy bueno, ya que se encuentra en el medio de las montañas, un lugar muy tranquilo para relajarse. La entrada cuesta BOB 10, hay vestuarios y baños en lo que ahora es un complejo y para llegar hasta el lugar los buses salen frente al estadio de fútbol, que cuestan BOB 4.
Desde Potosí me fui en un bus nocturno hasta La Paz (salen entre BOB 40 y 80) para pasar ahí el fin de semana antes de irme para el Lago Titicaca.

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